LETRAS DEL DISCO

1.

La Balada de los Gitanos

Nadie sabe de dónde vienen,

Ni de cuándo están aquí.

Ellos llegaron una noche,

Todo el mundo es su país.

Por la mañana el sol alza el vuelo

Y la gente se despierta,

Llegaron los gitanos

Con sus trajes de fiesta.

 

Sus sonrisas a flor de labios

Dan miedo a toda la gente

Y las gitanas se ofrecen

Para adivinar la suerte,

Cuando el sol da el último suspiro,

La tarde muere de sueño,

Las gitanas nos invitan

A ir al país del misterio.

 

Hay gitanos que se ríen

De los hombres del lugar,

Y les quitan sus mujeres

Que no volverán jamás,

Y cuando el sol levante el vuelo

Y se despierte un marido,

La cama estará aún caliente,

Los gitanos se habrán ido.

 

Nadie sabe de dónde vienen

Ni hacia dónde van a ir,

Su pasado es venir de lejos

Y su destino es partir,

Ya conocen todos los caminos,

Son tantos, como las manos

Que las gitanas han visto

Durante todo el verano.

Son pájaros que vuelan y llegan

A mediados de noviembre,

Los árboles están presos

En la tierra para siempre.

 

2.

La Huida de los Jinetes

Dónde se van, dónde se fueron, el tiempo

Borró sus huellas transformándolas en viento;

Huyendo van de los soldados,

Sus caballos desbocados;

Los jinetes cruzan el monte

Por los senderos del bosque.

 

La montaña multiplicaba los disparos

En la justicia pocos encuentran amparo

Dicen que cuando los bandidos

Afrontaron su destino

Los sepultó la primavera

En la patria de la frontera

 

La historia esconde el graznido de los cuervos

Y el vino nace de las pisadas del pueblo;

Fantasmas que van cabalgando,

Con el botín de aquel asalto;

Les cuenta por la noche un cuento

A los árboles el viento.

 

3.

Gaviotas del Desierto

Cerca del puerto cerrado

Para los barcos de regreso

Están los cerros de piedra,

Salitre y lagartos al sol.

 

No regresaron las lanchas

Hacia las costas del norte

Los alcatraces del puerto

No volvieron de la mar.

 

En la arena adormecida

La muerte bailó al atardecer,

El viento trajo de pronto

Las voces que te llamaban.

 

Bajo la cal de las tumbas

Los hijos del mar volvieron

A ser viento de septiembre,

Volantín de primavera

 

Se comió el tiempo y la arena

Sus cuerpos desarraigados,

Como buques sumergidos

Con sus vientres destrozados.

 

Volverá a caer la tarde

En sus cráneos de caliche,

Las gaviotas del desierto

Volarán siempre hacia el mar

 

4.

El Cartero

El cartero murió justo un día

En que no debía morir;

Su nombre quedó estampado

En la piedra de una tumba gris.

Dicen que estaba enamorado

De una mujer que conquistó

Cuando poco había pasado

Desde que el esposo murió

Por comer algo en mal estado.

 

El cartero murió justo el día

Que ni San Pedro imaginó;

Dejó en un rincón de su casa

Las cartas que nadie entregó.

No tuvo ninguna amenaza,

Tampoco tenía enemigos;

Tenía un recuerdo en la plaza,

Y un tatuaje arriba del ombligo

Que a la gente le hacía mucha gracia.

 

Un día lo encontraron desnudo

Estirado como un calcetín;

En su cama y vieron con sorpresa

Que le faltaba su miembro viril.

La autopsia entregó la razón:

Le dieron golpes en la cabeza

Pues tiene más de una contusión;

Y además de faltarle una pieza,

Murió de un ataque al corazón.

 

El sargento de carabineros

No sabía a quién acusar.

«Es algo que yo no me explico,

Ni nadie en este lugar.

Tampoco ere un hombre rico

A quién le pudiesen robar,

Eso es lo que yo certifico»

Dijo el sargento y se puso a pensar

En quién pudo cortarle el miembro.

 

No había ninguna respuesta

Que pudiese satisfacer

Las dudas para las preguntas

Que se comenzaron a hacer.

Solo hay una persona presunta

Para ayudar a esclarecer

Esta muerte y su causa oculta

Que nadie podía entender,

¿Y si la viuda culpable resulta?

 

Aquella mujer que hace un tiempo

Se quedó sin marido ni amor,

Y que con el cartero hasta ahora

Consolaba su corazón

Bien debe haber sido la autora

De la muerte, y en la estación

Sentada la encontraron sola,

Y escucharon su confesión

Que iba a durar algunas horas.

 

Con la cara más dura que un fierro

Al sargento la viuda contó

Que el cartero era masoquista

Y que en la cabeza le pegó

Con un zapato de futbolista

Que debajo del catre encontró,

Cuando ella casi estaba lista

El cartero tanto se excitó,

Y no hay corazón que resista.

 

Como el cartero quedó tieso

A la viuda se quedó pegado,

Y ella por la desesperación

Con un cuchillo lo ha despenado.

Esa había sido la razón,

Y el sargento le ha preguntado:

—¿Qué fue del objeto en cuestión?

—Me lo saqué con mucho cuidado,l

Aquí se lo traigo señor.

 

El cartero murió justo un día

En que no debía morir;

Su nombre quedó estampado

En la piedra de una tumba gris.

 

5.

El Tesoro de los Piratas

Unos piratas dejaron un tesoro escondido

Y prisioneros de un hechizo aún vagan por el mar

Navegando en una leyenda su barco anda perdido,

Señoras y señores su historia voy a contar.

 

Capturaron en alta mar después de una contienda

Un galeón lleno de oro que salía de Guayaquil

Cuando iban navegando al sur les sorprende una tormenta

Que los arrastra hacia una isla junto con el botín.

 

La misteriosa isla en la niebla parece solitaria

Y el miedo hace crecer los ojos de la tripulación,

En las frías aguas navegan buscando alguna playa

Vigilados por la mirada de la vegetación.

 

El capitán de los piratas ordena el ancla echar

En una verde ensenada casi al atardecer.

Un bote cruza la bahía escupido por el mar

Y durante la noche llevan su tesoro a esconder.

 

Siete pasos y tres disparos, caen tres hombres muertos,

Las almas de los prisioneros el oro han de cuidar;

Las velas del barco se hinchan buscando el mar abierto

Y por el tesoro piensan que un día regresarán.

 

Pensando robar a otros barcos van al Cabo de Hornos

Y la nave de los piratas navegaba hacia el sur.

Cuando una noche grande luces del mar surgen de pronto

Y el galeón desaparece en un resplandor azul.

 

Cuentan a veces los marinos que surcan los canales

Que un barco fantasma en las noches han visto navegar;

Su imagen surge entre las copas y el humo de los bares

Iluminado en las leyendas de los hombres de mar.

 

Si un pavoroso secreto en el mar hay escondido

Ojalá nunca los hombres lo puedan descubrir;

El tesoro de los piratas siempre estará perdido

En las palabras de una historia que lo hacen existir.

 

6.

Les Prisons de Nantes

(Trad. Bretagne)

Dans les prisons de Nantes,

Y’avait un prisonnier,

Personne ne vint l’vouère

Que la fille du geolier.

Un jour il lui demande,

Et que dit-on de mouè?

On dit de vous en ville,

Que vous serez pendu…

 

Mais s’il faut qu’on me pende,

Déliez moi les pieds,

La fille etait jeunette,

Les pieds lui a délié,

Le prisonnier alerte,

Dans la Loire a sauté.

 

Quand il fut sur les rives

Il se prit à chanter,

Je chante pour les belles,

Surtout celle du geolier.

Si je reviens a Nantes,

Oui je l’épouserait.

Dans les prisons de Nantes

Y’avait un prisonnier.

 

7.

La Muchacha del Mar

Soñaré contigo muchacha del mar,

Y con la espuma blanca

Que acaricia tus pies,

El alma del silencio

Voló hasta tu almohada

Y se durmió con tu sombra.

 

Cuando grité tu nombre en sueños

La luna dijo que tenías

Pena del mar, de una gaviota,

Del pez tirado en la arena, que muere.

 

Y entre las rocas el sol se esconde

Y un fantasma de otro tiempo

Se viene a enredar entre las sombras

Del ocaso de tu pelo.

 

Pero yo te miro y la arena vuela

Hacia mis ojos dormidos;

Y el viento del mar traerá los barcos perdidos

A visitar tu puerto.

 

Tu puerto olvidado entre muchas

De mis cosas viejas.

Te llevo en mi mirada

Pasajera de viajero muerto.

 

Soñaré contigo muchacha del mar

Y con la espuma blanca.

 

8.

El Viejo Moribundo

Era un viejo que moría

En su cama y aún tenía

Sus inquietudes sexuales,

Como otras muy personales

Que a nadie confesaría.

La enfermera le cuidaba,

Y el viejo se aprovechaba

Sin el menor disimulo,

Y le manoseaba el culo

A la pobre desdichada.

Una noche que dormía

Sintió el viejo que se abría

La puerta del dormitorio,

Y cual si fuera un tenorio

A la dama invitaría.

 

A algunos viejos

La experiencia acumulada

No les sirve de nada.

 

Ante aquella invitación

Dijo la dama en cuestión:

—Soy la muerte y a buscarte

Me han mandado pa’llevarte

A la última estación.

Dijo el viejo sin rodeo:

—Antes quisiera un deseo,

Tengo ciertos apetitos;

La muerte dijo: —A un polvito

Nada de malo le veo.

A la dama llevó al huerto

Como un auténtico experto

En las cosas del querer,

Hasta que al amanecer

Al viejo lo hallaron muerto.

 

A algunos viejos

La experiencia acumulada

No les sirve de nada.

 

Hasta el cielo llegó el viejo

Dándole a todos consejos

En las lides del amor:

«Soy en la cama el mejor»

Él decía sin complejo.

Un día estaba sentado

En una nube cansado

Ya de tanto presumir

Y ve a la muerte venir

Con su rostro demacrado.

Venía la muerte a hablar

Con el viejo y a mostrar

Su barriga muy hinchada;

Dijo. —Estoy embarazada,

Nos tendremos que casar.

 

A algunos viejos

La experiencia acumulada

No les sirve de nada.

 

9.

El Joglar i la Capa

 

Un joglar fa molt de temps

Caminava amb el vent

Portant la seva pàtria

Dins les seves cançons;

Caminava amb el vent,

I les seves cançons,

No les feia vola mès

Que per llepar mogrons.

 

Duia de plomes d’ocell

Una capa i pels bordells

Posada la lluïa

Per tots aquells carrers;

La capa pels bordells,

Per tots aquells carrers,

I se la van pispar quan

Li feien un francés.

 

Per aquell incident

Quasi es torna dement

Perque la pastenaga

De sobte se li va pensir;

Quasi es torna dement,

I se li va pensir

També l veu per cantar que

Va deixar d’existir.

 

Li va dir un metge jueu

Per a recobrar la veu,

La veu i la cigaleta

Le aurás d’aná a cercar;

Per a recobrar la veu

La deurás d’aná a cercar

I a la aventura així

El joglar va a marxar.

 

Un dia a un lloc del mon

Al costat d’una font

Veié una dona amb la

Capa de plomes d’ocell;

Al costat d’una font

Amb les plomes d’ocell,

I el joglar va a costar-se

Cridant que alló era d’ell.

 

Aquesta capa encantada

Te la he deixat prestada,

Li va dir aquesta dona

I has de triar joglar;

Te la he deixat prestada

I has de triar joglar,

O vols la capa o la

Teva tita recobrar.

 

El joglar diu aleshores

Vull la meva tenora

Tot i que la capa era

La font del seu cantar;

Vull la meva tenora

En lloc el meu cantar,

No caldir que aixó

Va ser difìcil de triar.

 

La dona de la font

Donant-li un ensurt de mort

Va alçar en l’aire la capa

Amb la seva mirada,

Un gran ensurt de mort

I amb la seva mirada

A capa va volar

Com si estigués embruixada.

 

I ve’t aquí que per mil.lions

De la capa els mixons

Escamparen la boira

I emprengueren el vol;

De la capa els mixons

Emprengueren el vol,

Emportant-se molt lluny

Totes les seves cançons.

_________

Traducción :

 

El juglar y la capa

Un juglar hace mucho tiempo

Caminaba con el viento

Llevando su patria

Dentro de sus canciones;

Caminaba con el viento

Y sus canciones,

No las hacía volar más

Que por lamer pezones.

 

Llevaba de plumas de pájaro

Una capa y por los burdeles

Puesta la lucía

Por todas aquellas calles;

La capa por los burdeles,

Por todas aquellas calles,

Y se la birlaron cuando

Le hacían un francés.

 

Por aquel incidente

Casi se vuelve demente

Porque la zanahoria

De repente se le secó

Casi se vuelve demente,

Y se le secó

También la voz para cantar que

Dejó de existir.

 

Le dijo un médico judío

Para recobrar la voz,

La voz y tu langostino

Los tendrás que ir a buscar;

Para recobrar la voz

Los tendrás que ir a buscar

Y a la aventura así

El juglar marchó.

 

Un día en un lugar del mundo

Al lado de una fuente

Vio una mujer con la

Capa de plumas de pájaro;

Al lado de una fuente

Con las plumas de pájaro,

Y el juglar se le acercó

Gritando que aquello era de él.

 

Esta capa encantada

Te la he dejado prestada,

Le dijo esta mujer

Y has de elegir juglar;

Te la he dejado prestada

Y has que elegir juglar,

O quieres la capa o

Tu «tita» recobrar.

 

El juglar dice entonces

Yo quiero mi «tenora»,

Aunque la capa era

La fuente de su cantar;

Quiero mi tenora

En lugar mi cantar,

No es necesario decir que esto

Fue difícil de elegir.

 

La mujer de la fuente

Dándole un susto de muerte

Alzó en el aire la capa

Con su mirada,

Un gran susto de muerte

Y con su mirada

A capa voló

Como si estuviese embrujada.

 

Y ves aquí que por millones

De la capa los pájaros

Se esparcieron

Y emprendieron el vuelo;

De la capa los pájaros

Emprendieron el vuelo,

Llevándose muy lejos

Todas sus canciones .

 

10.

El Regreso

Una mañana azul de marzo

María se duchaba

Antes de desayunar.

Su cuerpo mojado

Daba destellos de luz,

El teléfono ha sonado,

Ella corre a contestar:

 

“Hola, soy Gabriel,

Estoy aquí;

Acabo de volver,

He venido

Para verte a ti”

 

El cuerpo desnudo

De María

Era una hoja mojada

Que se estremecía.

Preparó un café,

El timbre sonó

En la punta de sus pezones

Y la puerta se abrió.

 

Una mirada

Atravesó sus ojos, voló,

Voló en el tiempo

A través de su piel,

No quiso preguntar,

No quiso preguntar

No quería saber.

 

Un beso largo,

Largo como el deseo,

Las manos que vuelan,

La ropa en el suelo.

El reloj camina hacia atrás

En el tiempo presente,

La piel se moja, se moja

De caricias ausentes.

 

Una mirada

Atravesó sus ojos, voló,

Voló en el tiempo

A través de su piel,

No quiso preguntar,

No quiso preguntar

No quería saber.

 

Una puerta se abre

En mitad de la noche,

Se encienden todas las luces

De la violenta irrealidad,

Los pasos se dirigen

Hacia una habitación,

Los amantes duermen

Abrazados en la oscuridad.

Y las balas caen

En sus cuerpos,

Como fantasmas de otros tiempos.

 

11.

El Conejo de Alicia              

En la habitación de Alicia

Había un gran espejo

A través del que podía

Visitar a su conejo

Que corría con alarde

Pues siempre llegaba tarde.

Alicia que tenía

Una vida tan oscura,

Gracias a su conejo

Emprendió una gran aventura;

Vio venir la primavera

Dentro de su madriguera.

 

Los labios del conejo de Alicia,

Sonríen cuando ella lo acaricia.

 

Ofreciéndole una seta

Una oruga le decía:

Si comieses de mi fruta

Muchas mas cosas verías;

Y si la comes bien,

Mas cosas podrías ver.

Alicia se encontró

Riendo en la oscuridad

A un gato que se hacia

Invisible a voluntad

Y confesaba ser

De la corte de Lucifer.

 

Los labios del conejo de Alicia,

Sonríen cuando ella lo acaricia.

 

La duquesa aquella tarde

A Alicia dejo perpleja

Cada cosa para ella

Tenía una moraleja:

Alicia sin tu conejo,

No habrías llegado tan lejos.

 

Los labios del conejo de Alicia,

Sonríen cuando ella lo acaricia.